ENTRÉGAME EL FINAL


ENTRÉGAME EL FINAL

La escritora se había enamorado. El suyo era un amor sublime. Una historia que reunía las más típicas y tópicas tramas propias de los relatos románticos. Con esos elementos en su haber, pensó que disponía de un extraordinario material para escribir la novela que podría resultar su próximo éxito. Así, mientras vivía por y para él, paró el mundo para sumergirse en su propósito y, con excelente maestría, hizo fluir las palabras precisas que fueron conformando páginas y páginas de un magnífico contenido, hasta que, irremediablemente, quedó estancada en el desenlace.

La obra quedó inconclusa; el final lo tenía escrito él desde el principio.
 
                                                                            Montse Pérez.
 

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